Ten en cuenta la ilusión de control...

Recuerda cómo se siente cuando tratamos de controlar a otra persona. "Estaba conduciendo por la carretera un día detrás de un automóvil que decidí que conducía demasiado despacio", me dijo un amigo. "Estaba gritando, furioso y hablando sobre el conductor que estaba frente a mí", intentando mentalmente apartarlo de mi camino. Quería que se acercara y me dejara pasar. "Mientras conducía me observé a mí mismo. Entonces comencé a reír. No estaba enojado con este conductor frente a mí. Estaba enojado porque estaba tratando de controlar algo que no podía cambiar". Sé consciente de todos tus sentimientos. Pero también recuerda ser consciente de que a veces no es la otra persona la que nos vuelve locos. Nos lo estamos haciendo a nosotros mismos. "Dios, ayúdame a ser consciente del drama autocreado en mi vida. Ayúdame a dejar de lado mi necesidad de controlar. Dame el coraje de mis sentimientos. Y ayúdame a ser consciente de cuándo mi propia voluntad se está...