Oración contra los Apegos
Dios mio, tu eres el importante. Tu, el infinito, que todo lo sostienes con tu gran poder. Si tu te apartaras de mi, yo me esfumaría como el vapor.
Creo en ti, espero en ti, te amo. Solo tu mereces la adoración del corazón humano y solo ante ti debo postrarme. Solo tu eres el Señor, glorioso, con una hermosura que ni siquiera se puede imaginar.
Por eso Señor, no permitas que yo adore cualquier cosa como si fuera un dios, porque ningún ser y nada de este mundo vale tanto.
Enséñame a descubrir mi dignidad, porque soy infinitamente amado por ti, para que no me arrastre detrás de cosas de este mundo ni me convierta en esclavo de posesiones ni de afectos. No permitas que las obsesiones me quiten la alegría.
Sana mis sentimientos de insatisfacción para que alcance una verdadera libertad interior. Enséñame a gozar de las cosas buenas sin necesidad de poseerlas o de aferrarme a ellas.
Te reconozco a ti como mi único dueño, el único Señor de mi vida. No permitas que pierda la Serenidad cuando algo se acabe; no dejes que me llene de angustias por temor a perder algo.
Solo abandonándome a ti podre sanar mis angustias, sabiendo que nada es absoluto. Solo Tu.
Señor mio, dame un corazón humilde y libre, que no este atado a las vanidades, reconocimientos, aplausos. Dame un corazón simple que sea capaz de darlo todo, pero dejándote a ti la gloria y el honor.
Derrama en mi tu gracia para que pueda vivir desprendido de los frutos de mis esfuerzos, para que en mi trabajo busque sobre todo tu gloria, sin obsesionarme esperando determinados resultados.
Dame ese desprendimiento Señor, liberame del orgullo, para que pueda trabajar intensamente, pero con la santa paz y la inmensa felicidad de un corazón desprendido.
Te entrego todos mis deseos, todos mis sueños, todas mis necesidades. Colma mi interior insatisfecho como tu quieras. Ya no quiero empecinarme en lograr la felicidad a mi modo y prefiero confiar en tu amor, que me dará lo que necesito de la manera mas conveniente.
Te entrego Señor, todo lo que tengo y todo lo que estoy viviendo. Te doy gracias por lo que me estas regalando y lo disfruto con gozo. Te lo entrego todo para que acabe cuando tenga que acabar.
Y te proclamo a ti, Jesús, como único Señor y dueño de todas mis cosas, de todo lo que vivo, de todo lo que soy y de todo mi futuro. Me darás la felicidad que necesito porque confió en tu Amor.
¡ Amen !
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