Septiembre 26... Sintámonos protegidos
Nuestra tarea no es una tarea ingenua de sentirnos a salvo, de vivir y de amar en un mudo utópico. Una mujer comentaba que nuestra tarea es hacernos sentir a salvo al tiempo que aprendemos a vivir y a amar en un mundo que es inseguro.
No queremos morar en los peligros, porque eso le da poder a lo negativo. Tampoco queremos ignorarlos o pretender que no existen.
Si fuéramos a tomar un baño de sol, no seríamos ingenuos acerca de los peligros del sol. Sabemos que los rayos dañinos pueden quemarnos. Tomaríamos medidas para protegernos, para que pudiéramos disfrutar de los beneficios del sol.
Esa es nuestra tarea en la recuperación.
Esto es lo que una mujer, una profesional de la salud, me dijo:
Imagina un filtro que te rodea. Colócalo alrededor de ti, no tan pesado y grueso que no pueda penetrar la luz, ni tan delgado que te expongas al peligro.
Mírate a ti misma protegida por un filtro efectivo. Asegúrate de que el filtro esté abierto a lo bueno. Por un tiempo, tu filtro era demasiado grueso. No dejaba pasar lo que tú querías. Ahora, cámbialo para que deje entrar lo bueno.
Este es tu filtro para la vida y para el mundo. Míralo. Imagínatelo siempre rodeándote. El te envuelve de amor, de consuelo, de protección. No puede entrar nada perjudicial. Ninguna energía negativa puede penetrar ese filtro.
Vete en paz; vete a salvo; vete, ahora, sabiendo que estás protegida. Ve adonde necesites ir. El mal ha sido bloqueado; se está derramando la buena voluntad. No tienes que trabajar tan duro por protegerte. Puedes relajarte y disfrutar de la vida, confiando en que estas segura. Vete sin miedo, pues estas envuelta en amor y protección. Y siempre lo estarás.
“Hoy me imaginare envuelta en un escudo que bloquea los rayos negativos y perjudiciales del mundo, pero que esta construido de forma que pueda entrar el bien”.
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